Thursday, April 23, 2009

TRANSMUTACIÓN II


El reloj, encima de la mesilla de noche, dentro de la habitación del motel, marcaba las cero horas; era la primera semana de julio, y el bochorno nocturno, húmedo, fétido y sofocante, penetraba apabullante, con suma autoridad, a través de la persiana de bambú que cubría la trampilla, entreabierta; la cual, enlazaba el cuarto de baño con el callejón posterior de la hostería.

A la primera bocanada de aire - una vez recuperado de la abrupta y repentina pérdida de conciencia - le siguió un sabor repulsivo a sangre, que inundaba indiscriminadamente el interior de las encías y parte de la comisura de mis labios - secos y cuarteados, por la excitación de la que era presa. Poco a poco, A medida que transcurrían los segundos, percibía el efecto de la circulación sanguínea desentumeciendo todas y cada una de mis extremidades, hasta lograr anclarse en las puntas de las falanges, con una virulencia voraz. A continuación, los párpados comenzaron a revolotear, en un intento obstinado e impaciente de comprobar la funcionalidad de todos los órganos vitales en mi sistema locomotriz. Al instante, el sonido resurgió atolondradamente, y todo comenzó a dar vueltas: los tímpanos parecían estallar, siguiendo los sistemáticos acordes locomotores del “I’m waiting for my man”, de Lou Reed.




El bullicio estruendoso, que se colaba por la rendija de las ventanas de mi percepción cognitiva, ya no era solamente una consecuencia del ruido estereofónico, irradiado desde “La Tasca Pancho” – en donde además de licor se rendía culto al sexo a granel, sino el compendio de toda una serie de pensamientos que me perturbaban, hasta producir un atolondramiento general: el cual se intuía transitorio.

Seguidamente, conseguí levantarme erguido, con alguna que otra dificultad, de un suelo con adoquines falsos, color granate: en donde, minutos antes, yacía, boca abajo, y sin sentido. Pude comprobar, en ese preciso momento, como la cabeza me daba tumbos anárquicamente: divisé - a simple vista - a un costado de la cama, una botella transparente, recostada - medía vacía - de tequila “Gran Patrón Platinum.” Pensé que “no habría sido yo el que la hubiese podido comprar y menos consumir - al no haber parado en ningún establecimiento, durante el trayecto del aeropuerto a la dichosa bañera… aunque…” la intoxicación etílica se evidenciaba en mis propias carnes; ya que, mi “batiburrillo” mental indicaba que había habido un antes y un después.

De hecho, había perdido completamente la noción de lo que había sucedido hace tan solo unas cuantas horas; la amnesia inducida, que padecía, era la verdadera causante de los múltiples temblores que sobrellevaba: había perdido el "control"; sin lugar a dudas, mi invulnerabilidad había sido comprometida, violentada y ultrajada; pero “¿por quien y porqué?” Era esto último lo que se adueñaba de todo mi raciocinio, constantemente: nada parecía tener sentido.



Por un segundo, me sentí como si estuviese en las entrañas de una ballena, en medio del “Océano Soledad”; y, al girar la cabeza de lado a lado, caí desplomado al suelo: derrotado, presa del pensamiento residual que aún anidaba en mi subconsciente - “había sido roto en mil pedazos” como un muñeco de trapo y cerámica.

En medio de todo este desasosiego, me vino a la mente la “lameluza” de la Manuela (“la señorita Sonrisitas Colgate”); digamos que sus estupideces “pijoteras”, triunfalistas, “anatómicamente horteras, y ortopédicas,” seguían resonando en mí, como el ruido de un mortero a quemarropa; no obstante, los acordes del “Evil Woman”, de la “Electric Light Orchestra”, machacaban la séptima vértebra de mi maltrecha columna con una de esas frases futuristas que me terminarían por dar, inexorablemente, la razón: “el tonto y su dinero pronto toman caminos separados.”



Intentaba salir de mi perplejidad, y sin embargo, permanecía en un estacionario estado de shock - con las piernas temblorosas y el corazón a ciento noventa pulsaciones por minuto; pretendía avanzar, sigilosamente, arrastrando las piernas por toda la habitación, hasta llegar al armario empotrado; y, al llegar al armario, mi estupefacción alcanzó límites insospechados, cuando descubrí que todo mi equipaje había sido vaciado por completo: todas y cada una de las americanas, corbatas, de los pantalones y de las camisas habían sido cuidadosamente colgadas, individualmente, en perchas; mientras que los cajones del armario portaban toda y cada una de las prendas de ropa interior que había empaquetado cuidadosamente, una noche antes de subir al avión. Los zapatos estaban alineados y al abrir la billetera, comprobé que todo seguía en su sitio, incluido el dinero, y las tarjetas de crédito.

Mi cerebro no conectaba con otra cosa que no fuera buscar la carta; la cual, tuve en mis manos, antes de haber sido presa de un destino surrealista. Por este motivo, en pleno ataque de improvisación inconsciente, me abalancé, sin pensarlo, sobre la bañera, en busca del papel en cuestión; removí cielo y tierra, rastreando sin rumbo fijo por todo el cuarto de baño y por cada uno de los entresijos de la habitación, sin otra alternativa que llegar a la conclusión de que alguien había entrado en mi habitación - sin mi consentimiento - con el único propósito de manosear toda mi intimidad. Un sentimiento, que nunca había experimentado antes: la impotencia se apoderó totalmente, por unos instantes, de toda mi esencia.

En mi sufrida búsqueda, pude comprobar como el cepillo y la pasta de dientes habían sido minuciosamente colocados dentro del armario del cuarto de baño; y es, precisamente en ese momento, cuando el pavor me inundó, por completo, al manifestarse, a través del espejo, marcas múltiples, a lo largo de toda la longitud de mi pene, hasta llegar al prepucio, como si mi miembro viril hubiese sido objeto de una especie de juego perverso de carácter sadomasoquista, mordaz y aleatorio. No tardé en comprobar las mismas marcas en las muñecas y en los tobillos: pequeños surcos producidos por amarras de índole desconocido: cuerdas rojas que pude encontrar, cortadas a pedacitos, en el fondo del cesto de la basura - junto a unas tijeras, y al cuerpo de un plumífero animal descabezado.

Siguiendo el rastro ensangrentado, creado por el cuerpo guillotinado y sin vida del indefenso pollastre, descubrí, ante a mi convulso estupor, debajo de la base de la cama, una vela negra, recién apagada, una vasija con sangre, la cabeza recién seccionada de un pollo, y un papel doblado, en cuatro partes, escrito con sangre, que ponía: “suppixelp suanad.”


Me parecía ser presa de una pesadilla delirante, y tan solo pensaba en escapar de dicha angustia irracional, que me asfixiaba existencialmente, sin tregua alguna. “Un masaje pornutónico tailandés sería lo ideal, en estos momentos” era lo que realmente revoloteaba, inconscientemente y a ratos, dentro de mi cabeza, con el único objetivo de obviar el presente - en busca de una sanidad mental; la cual, se antojaba, a ratos, utópica.

Mi primera intención fue la de denunciar el suceso ante las autoridades; aunque, al final, me vine atrás cuando recordé los innumerables casos de turistas europeos que habían sido injustamente acusados de crímenes no cometidos y encarcelados indefinidamente, por falta de pruebas - en Ciudad de México, por poner un ejemplo: “es evidente que la justicia mexicana y la corrupción suelen ser primas hermanas; aunque esto sea un mal endémico que reina en toda Latinoamérica.” Por otra parte, necesitaba, en esos instantes, pasar página y abandonar, de una puñetera vez, ese antro - nido de moscas, infección y fetidez - hasta que decidiese qué rumbo tomar: no tenía nada claro lo de seguir en la empresa, y menos en ese “cuchitril inmundo” durante las tres próximas semanas; Así que, ni corto ni perezoso, me duché, lo más rápido que pude, titiritando, con dos compañeros inseparables: “intranquilidad” y “desasosiego” - no sin antes apuntalar la entrada de la habitación con la única silla que había en “el puto cuartucho de mala muerte”.

Entre tanto me abotonaba la camisa negra a rayas, una voz de hombre embriagado daba la bienvenida a Tijuana a todo aquel que, como yo, se sintiese en un territorio de nadie, vociferando, sin parar: “si no me traes la troca, como te dijo Pancho, te voy a dar un chingazo en la madre, pendejo pinche güey… ¡es tu chingá vieja o la troca! ¡tu decides cabrón!” Así que de repente me asaltó un pensamiento, al terminar de calzarme los zapatos negros, de charol: “era el pasajero ideal, viajando hacia un destino totalmente aterrador e incierto – un reo indefenso y enjaulado en una selva atroz y despiadada.” De ahora en adelante tendría que andar con pies de plomo, si no quería terminar con el plomo en el cuerpo y los pies por delante.


15 comments:

Guruput said...

Rosas Rojas y Azules: ¡FELIZ DÍA DE SAN JORDI!
La tercera parte, en producción, se antoja… ¿resolutiva?

Noimporta said...

Joerrrr qué rabia que te toquen tus cosas (¡¡¡me refiero al equipaje!!!!).... Yo por eso no serviría para rica... jejeje...
Qué intriga... a ver cómo acaba...

Feliz Sant Jordi!!! Yo también te regalo una rosa (vengaaa vaaa... ¡blanca! jejeje) porque sé que te gustan mucho las flores... Os veo a megustas y a tí socios en una floristería, jeje...

Muchoschechos!

(PD: Hasta esta noche no podré escuchar la música...)

Manel Muñoz said...

Vaya... después lo leo que ahora no puedo... pero estas fotos... creo que deberías plantearte poner un filtro de mayoría de edad para acceder a tu blog...

Bona diada de Sant Jordi!!!!

Noimporta said...

Eps! pues esas fotos están en internet, disponibles sin filtro alguno... ¿Quién debe pues "filtrarlas" primero?

Urlanda said...

¡!woooow!! Que relato tan intrigante ¿o sea, degollaste un pollo y lo comiste crudo? ¿Sufres amnesia selectiva?
¿Seguro que estabas en Tijuana?
Es que el término “troca” casi no se escucha por aquí en frontera, es más un modismo utilizado por latinos radicados en USA.

Y lamentablemente tienes razón. La ley y la Justicia en México son nulas, existen muchas injusticias que se cometen no solo en prejuicio de turistas extranjeros, también existen muchos mexicanos víctimas de la corrupta justicia que se ejerce en nombre de la Ley. Y aquí, la ley la tiene el poder, y el poder está en el bolsillo del que pague mejor.
Trabaje casi seis años en una penitenciaria donde hay presos de otras nacionalidades además de mexicanos; y créeme, mi visión de la justicia cambio radicalmente. La justicia no solo es ciega, también es sorda y muda, además de puta. En fin.

Saludos.

¿Qué es san Jordi?

Guruput said...

Noimport,
La música va con el relato, a modo de banda sonora (¡a que pongo la de Psicosis!) Por cierto, quiero agradecerte por tu invaluable contribución; pues, eres una pieza importantísima a la hora de sacar a flote este relato. ¡Feliz San Jordi!

Mister M.,
Es una cuestión de conceptos. Si crees que el erotismo ha traspasado la línea demarcadora roja y se ha convertido en pornografía, entonces sí; de otro modo, no lo creo necesario: lee, lee… y luego me dices…

Artemiza,
“Troca” es un término que, como bien apuntas, resulta ser “un modismo utilizado por latinos” erradicados en USA, o nacidos en esta parte del continente americano (“Chicanos”). El caso es que me alegra que lo hayas matizado, pues es parte del puzzle a resolver, como parte de este relato: de hecho no todo el que vive temporalmente, o no tan temporal, en una ciudad o pueblo, necesariamente tiene que haberse criado en dicho lugar…Por otra parte, prometo desvelar todas y cada una de las preguntas en el próximo capítulo – actualmente en producción.
Si, he escuchado y leído algunas de las atrocidades que se cometen en las cárceles mejicanas. Puedo hacerme una idea de cómo se debe de tratar al mexicano, si así es como se trata a los turistas extranjeros, en dichas cárceles. Por cierto, quiero matizar que la injusticia carcelaria no solamente es ejercida en México, sino en todo el continente americano, y especialmente en sitios en donde la libertad de expresión es sinónimo de anti-patriotismo.

San Jordi, en Cataluña, es como decir el “Día de San Valentín.” Se suele regalar una rosa, al personal femenino, y/o un libro, al masculino - en señal de amistad o de amor.

Reitero, nuevamente, todo mi agradecimiento por vuestras observaciones; las cuales, definitivamente, prometo tener en cuenta. Gracias, porque todos los que dais vuestro comentario también sois contribuyentes a que este Blog siga vivo.

megustas said...

diosssss, es cine negro, es cine de suspense, esnovela guruputense, estoy realmente acongojada, y ahora yo tengo queirme a dormir y si veo mis zapatos alineados será que estoy entrando en la dimensión de tijuana??
me encanta, quiero la resolución pronto por diossss, por cierto las fotos una flipada, aunque la primera es de la serie de la que noimporta ya posteó en uno de sus post , de esos que a mi me encantan, no son desagradables en absoluto, entran ganas de asegurar bien esas cuerdecitas sin apretar demasiado,jejeje
por cierto la musica genial, ya queda menos por saber qué se tomó el caballero en el café
besitos a cuatro manos y uno especial para Artemiza

Guruput said...

Megus,
Es “Novela Guruputense” – es novela negra. Lo de las “cuerdecillas” tiene tela: más que nada por cuidar la circulación; yo diría que alguien tendría que haberlas ajustado a cada momento, y claro… a alguien se le fue la mano, como diría Gila.
Bienvenida a "La Cuarta Dimensión Tijuanense": a partir de ahora, puede pasar de todo.
¡Besos a gogó!

Urlanda said...

Pues sí, existen muchos modismos entre los latinos radicados o erradicados de USA, y si, a los mexicanos se les dice “chicanos" o “pochos”.

Con lo de las injusticias, no me refiero a que sucedan dentro de las prisiones (aunque si se da el caso), me refería a todo lo que sucede antes de que los individuos sean presos, ahí es cuando la justicia se ejerce de una forma corrupta. El mundillo de los juzgados y ministerios públicos está plagado de gente que se aprovecha de la ignorancia del que no conoce la ley ni sus derechos como individuo y ciudadano.

Fíjate, hace dos semanas en esta penitenciaria que comento, los internos se manifestaron en huelga de hambre (si que tienen y ejercen su derecho a la libre expresión), como protesta con el fin de que en cada celda se instalara una televisión y un radio, y tuvo éxito la pataleta que hicieron. Digo pataleta porque cuentan con muchísimos privilegios, tienen biblioteca, hay escuela donde pueden cursar desde primaria hasta la universidad, cuentan con las tres comidas diarias, hay áreas de deportes.. etc., etc.,
Estoy de acuerdo y consiente de que muchos son inocentes, sin embargo, están cumpliendo una pena dentro de una penitenciaria no en un centro recreativo. Pero bueeeeno... Mejor dejamos el tema ese, no? Es que no quiero se me vaya a tomar a mal el comentario.

Jejeee.. tengo que decirlo, me encantaron las manos del de las cuerditas rojas, es que... se ven muy sexis, así, varoniles y masculinas... Uffff, ¡qué manos! ¡Yo también quiero que me enseñe! Sí, que me enseñe como sostenerle el... ejem ejem.. apretar las cuerditas jijiji

Megustas: muchas gracias por el besito, recibe uno de mi parte.

Saludos a toditos todos. Buen fin de semana.

Manel Muñoz said...

Muy ‘pop’… Delirante, estremecedora, surrealista… El ‘white boy’ de mi Velvet vestido de gris, con tendencia hacia el negro. Un repunte sanguinolento que nos aporta el necesario contraste de un rojo chillón… Ya espero la tercera y resolutiva entrega.

Sigue así.

Todo se ve bien esta noche… Canto...la la la la la-la-la la

megustas said...

transmutación????
ahh... voy pillando la idea....a ver si será verdad lo que intuyo?
besos guruput palomin y a los demas

Guruput said...

Artemiza,
En Latinoamérica, yo siempre he dicho que hay dos clases sociales: los que tienen y los que no tienen, da igual quien salga elegido o quien tenga tomado el poder. Una es la clase explotadora y la otra la explotada, sin recursos a pataleteo. Es más bien una cuestión de educación, o legado cultural; date cuenta que “la libertad de uno acaba donde empieza la del otro” o al menos así debiera de ser.
Para sostener las manos se dan clases y todo: es que es yoga manual… osea, para mejorar la circulación en las manos…

Mister M.
La la la la la la-la-la-la la-la… La tercera parte sigue en producción, jeje… Gracias por leer.

Megus,
Caliente, caliente… uyyy, si seguimos así vas a dar con el kit de la cuestión… ¡que tía! Jejej, un besito… Oyes, ¿tienes agente o vas de freelance? Lo digo por si se puede contratar tus servicios para la próxima producción en Marruecos, con la Noimport… os podéis traer un cepillo de dientes y dos braguitas, como mucho, lo demás lo pongo yo… ¡la compañía paga!

Urlanda said...

Me apunto a las clases...
Veamos si la circulación funciona en ambos lados jejeje

Up's

megustas said...

aún nada???......mmmmm!!

Guruput said...

Artemiza,
Por la circulación que no quede, ¡que conste...! Hala, pues… ¡manos a la obra...!

Megus,
jeje, es que “el guionista”, por lo visto, está en “huelga de brazos caídos...” ya le he dicho yo, que a ver si hace "huelga a la japonesa" y me ha dicho que me "meta la japonesa por..." En fin… ya te puedes hacer una idea, con esto que te comento, de lo despreciable y asqueroso que es el tío, ¿no? pero oyes... dice k pronto se le pasará el cacao mental y que volverá a escribir... Mientras tanto, prometo que habrá algo entre medias; un besín.